El conceptualismo de América latina del Sur/Sul no tiene nada que ver con el conceptual art de Nova-York. El conceptualismo latino se desarrolló en tiempos duros de dictadura política como arte de lucha militante, con consciencia sociológica, comprometido al riesgo de los artistas mismos frente a la represión militar, la tortura, la desaparición. Nunca a tenido el éxito que se merece porque se expresó mas por performances, arte postal, dispositivos de intervención social efémera que por obras de arte con firma lista por el mercado de las galerías. Tan poco sus temas estaban al gusto de las coleccionistas en ese momento de intensiva lucha de clase. Además, no había en los países de América del Sur un mercado de arte poderoso al nivel internacional. Ese mercado estaba local y marginal, sin motivación y sin fuerza para promover un arte conceptual latino al nivel internacional.
Al revés, el arte conceptual de Nova York se presentaba como un arte lingüístico, idealista, sin conciencia política o social, negando esa dimensión del arte en el caso de Kossuth, Sol LeWitt, Laurence Weiner, Robert Barry. Y en el caso de Hans Haacke or Art and Language, el capitalismo estaba capaz de recuperar, celebrar y vender un arte sociológico (Hans Haacke) or marxista (Art Language) finalizado en formas estéticas de objetos de arte listo para un mercado imperialista.
El imperialismo del conceptual art estaba coherente: innovación en la expresión estética, teoría lingüística anglosajona pragmática, sin conciencia política, una producción de objetos en tamaño de mercado para las galerías de arte y los museos poderosos, exportación hacia Europa.
El aislacionismo de los países de América del Sur, marginalitos y dedicados a sus propias luchas interiores estaba un contexto de fracaso inevitable en la competencia internacional de las vanguardias de los años 1960-70.
El tema de hoy entonces es de reescribir esa época de la historia del arte contemporáneo con una objetividad critica. Es de relativizar la importancia del conceptual art de Nova York, sin significación perene, sino como un capricho casi anecdótico y local de la época de vanguardia, y restablecer la importancia social, política, emblemática de una época histórica de los países de América del Sur. Un arte nuevo comprometido en la sociedad, con conciencia sociológica aguda de la lucha de clase, de la violencia del capitalismo del Norte, con una innovación excepcional en los modos de expresión artística. Un movimiento artístico de resistencia panamericana, con micha audacia, producido por los artistas al riesgo de sus propias vidas!
Nada que ver con el arte de mercadería de luxo del Norte,insignificante .*
• Se tiene que leer el libro de Cristina Freire y Ana Longoni Conceptualismos del Sur/Sul – Conceitualismos do Sul/Sur y conoscer la Red Conceptualismos del Sur. Nos proponen esa reescritura fundamental. Un debeo por la verdad, la ética y la historia del arte que necesitamos. Tocamos así problemáticas de la identidad cultural misma de América del Sur.